Quiero desearles muchos éxitos a todos mis compañeros, decirles que entreguemos el corazón, el alma y la vida, nos hemos preparado mucho para estos Juegos. Para todos ha sido una clasificación bastante difícil, pero ya haber llegado nos ha hecho vencedores.

Ser el abanderado es un sueño cumplido. A todos los abanderados de las anteriores ediciones, siempre los veía como ejemplos a seguir. Esta vez es mi oportunidad y tengo que entrenar fuerte y representar de la mejor manera a todos los ecuatorianos.

Venimos de unos JJ.OO. en Tokio donde alcanzamos dos medallas de oro y una de plata, la vara está muy alta, pero tenemos el talento para que nuestros deportistas logren replicarlo. Como Jefe de Misión es un honor y una gran responsabilidad para la que estoy preparado.