La luchadora ecuatoriana se impuso en semifinales a la alemana Annika Wendle con un contundente 10-0 terminando el combate antes del tiempo reglamentario. La final de la división 53 kg será este jueves ante la campeona mundial, la japonesa Akari Fujinami.
Lo gritó como nunca antes. Lucía Yépez aseguró su medalla olímpica en los Juegos de París 2024 tras instalarse en la final de la división 53 kg de la lucha libre femenina. Su pase hasta ahora le da la presea de plata, pero La Tigra peleará por conquistar la de oro.
“Es una locura ver ahora que ya estoy en Juegos Olímpicos, y ya estoy en la final. Me siento feliz y también quiero salir a abrazar a mi entrenador, que es como mi papá… Verlo en la esquina en mente casi le hago dar infarto con la primera pelea; le dije tranquilo, yo confío en mi preparación usted relájese, que yo soy una guerrera”.
Lucía inició la carrera por la final frente a Hyo Gyong Choe de la República Democrática de Corea, una contendiente que inició ganando el combate, pero poco a poco la ecuatoriana supo sacar su ventaja para finalizar el duelo a su favor 7-4.
“La primera es una deportista muy buena, la estuve analizando y sí, parecía que el tiempo ya se acababa, ella buscaba huir, pero yo estuve enfocada y dije vamos a darle con todo”, señaló Yépez.
Luego en cuartos superó sin problemas 7-0 a Andreea Beatrice Ana de Rumania, para en la jornada vespertina venció por 10-0 a la alemana Annika Wendle en semifinales. Ahora espera por su más grande rival hasta ahora, la japonesa Akari Fujinami, quien lleva a una racha invicta y es la actual campeona mundial de la división.
“Yo sé que vamos a conseguirlo, así como a ella se preparó, yo también me preparé dos meses en China y sufrí mucho, pero ahora viene todo el resultado que tengo ahora”, afirmó.
Para Lucía el duelo con la japonesa será además una revancha del último mundial en el que fue eliminada precisamente por esta rival, que la llevó a conformarse con la medalla de bronce.
“La verdad me sentido como digo, como una bestia, sé que voy a dar lo mejor. Ayer, sí, lloré mucho porque sí me daba como todo deportista, nervios, lloré, siempre le agradezco a Dios y a toda la gente que me está apoyando y como digo que Dios siempre me da cosas grandes. Y él ahora se puso para darme una final que está en juego”.