La ecuatoriana asistirá a sus terceros Juegos Olímpicos consecutivos en tiro deportivo. Su camino ha estado marcado por un proceso de sanación tras una crisis de autosabotaje.

Marina Pérez sorprendió a todo el mundo en 2014 al convertir en la primera ecuatoriana en poner su nombre en los Juegos Olímpicos Río 2016. En el siguiente Ciclo Olímpico fue una de la más ganadora en los Juegos Panamericanos Lima 2019 con medallas de plata y de bronce, clasificándose a sus segundos JJ.OO. Tokio 2020. ¿Qué pasó entonces rumbo a París 2024?

“Ha sido un proceso bastante duro, ya que he estado en un proceso de sanación en el aspecto psicológico, estuve en un periodo de ligera depresión que me hizo bajar mucho mi rendimiento deportivo, técnico y mi estado de ánimo al momento de entrenar…”, reveló la deportista que alcanzó el boleto a los que serán sus terceros Juegos Olímpicos en el último evento clasificatorio continental en Argentina.

Marina detalla que sus crisis venían con lo que denomina “pensamientos intrusivos” que la hacían creer que no era lo suficientemente buena a pesar de tener resultados positivos. “En Santiago (Juegos Panamericanos 2023, que entregaba un cupo olímpico) me saboteé muchísimo previo a la competencia. Mucha gente me decía tú sí te vas a clasificar, y en mi mente era como que todo el mundo cree en mí, pero yo no. Me entraba mucho la inseguridad”.

A pesar de todo el conflicto interno que estaba viviendo, Pérez dio su mejor esfuerzo y trató de tener las mejores energías en cada disparo, pero no fue suficiente, y lo mejor que alcanzó fue un cuarto lugar en pistola de aire.

Inmediatamente comenzó a trabajar con especialistas que la ayudaron a tratar de salir de “ese pozo sin fondo”. “Salir de ahí cuesta bastante, creo que todo deportista quiere ganar, ser mejor cada día, pero lo vuelve difícil si no lo valoras tú mismo”.

“Pidan ayuda, pedir ayuda no es de cobardes, es de valientes, dar el primer paso, aceptar que tienes un problema, no es fácil sobrellevarlo, pero es importante… Nada es fácil, no es cuestión de darte por vencido sino de darle solución… Diviértete y relájate que no todo tiene que ser competencia”.

Marina relata que comenzó a trabajar mucho la confianza en sí misma: “Comencé a repetirme todo el tiempo ‘sí puedo’, al punto de que me lo creí y me sentí más tranquila y todo fluyó. Gracias a Dios obtuve lo que obtuve en Argentina”.

En la última oportunidad para clasificar a Juegos Olímpicos, Marina no solo logró el boleto como la campeona del evento continental, sino que además rompió un récord de 34 años en 25 m pistola y otro en 10 m pistola de aire.

“Fue impresionante, yo ni siquiera sabía que existía un récord. Como estaba trabajando mucho en el aspecto de confianza en mí, cuando terminé, nunca me había pasado, y la gente comenzó a aplaudir, y por lo general lo hacen cuando se ha obtenido una muy buena puntuación, y fue grato, justo ahí estaba la misma Tania Pérez, se acercó a mí y dijo rompiste mi récord, déjame tomarme una foto contigo… Fue tan emocionante que no nos podíamos ni creer, fue algo memorable”.

Pero nada es en vano, por eso todos estos desafíos que ha logrado superar, le permiten llegar a París con más experiencia y madurez deportiva: “Creo que todos, sin importar las circunstancias que nos encontremos, cada situación a la que nos enfrentamos, arrastras una experiencia y con ello te acompaña la madurez en el pensamiento… De Río 2016 aprendí tantas cosas que mejoré en Tokio. Ahora lo que obtuve de Río y de Tokio espero mejorarlo y aplicarlo en París 2024”.